La nave, el espacio físico donde desarrolla su actividad, fabrica su producto o almacena su stock una empresa, es una parte fundamental del negocio. Tanto por la inversión económica que supone como porque disponer de una nave industrial optimizada para nuestra actividad concreta puede suponer incrementar la eficiencia y la competitividad de la compañía.
Para escoger correctamente la nave industrial que mejor se ajusta a tus necesidades, es necesario conocer los tipos de naves que podemos encontrar en el mercado. Existen varias clasificaciones en función del factor que escojamos como determinante:
1. Según su uso/función
Aunque las opciones son múltiples, se pueden dividir, principalmente en tres grandes tipos:
Cross-docking
Se trata de las naves destinadas a la clasificación y distribución de paquetería para el cliente final. Deberá estar diseñada para el continuo tráfico de vehículos comerciales de pequeño tamaño, principalmente. La característica más importante de esta nave es su ubicación: cerca de los núcleos urbanos donde se concentra el mayor porcentaje de consumidores.
Logística
Este tipo de naves se destinan al almacenamiento de un producto para una industria determinada. En este caso, hablamos de naves con numerosos muelles de carga y playas amplias para albergar vehículos pesados de gran tamaño.
Además, suelen ser naves diáfanas y amplias con posibilidad de almacenamiento en altura, por lo que las cubiertas también estarán a una distancia más elevada.
Dentro de esta categoría podemos encontrar las naves frigoríficas destinadas a la logística del frío que tienen unas características de construcción particulares como el sellado especial de puertas y ventanas para mantener la temperatura.
Industrial
Por último, encontramos las naves en las que se realizan procesos de transformación de materias primas en productos finales o intermedios. Para este uso, las naves no suelen requerir grandes espacios diáfanos ni muelles de carga. Aunque sí es importante tener en cuenta las peculiaridades de las materias primas y los productos que se fabrican para adecuar las medidas de seguridad contra incendios, por ejemplo.
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2. Tipología
Existen diferentes clasificaciones de tipos de naves industriales según su tamaño pero podríamos decir que la más extendida es la siguiente:
- Tipología A: Naves de gran formato de 10.000 m2 en adelante, altura libre superior a 9m, muelles de carga, ocupación de parcela no superior al 70%.
- Tipología B: Naves de entre 5.000 y 10.000 m2, altura libre superior a 9m, muelles de carga, ocupación de parcela no superior al 70%.
- Tipología C: Naves en torno a los 5.000 m2, altura libre inferior a 9m, nave almacenamiento sin muelles de carga.
Sin embargo, es necesario destacar que la evolución del sector logístico y la irrupción de grandes operadores ha obligado al mercado a disponer de naves de hasta 100.000 m2, las llamadas XXL o Big-box. Aun así, la clasificación hace referencia a la gran mayoría de las naves industriales que existen hoy en día.
La clasificación según tamaño es completamente independiente a la que se utiliza para indicar el nivel de protección ante incendios de las plataformas, factor que se detalle a continuación.
En las naves, existen varias clasificaciones en función del factor que escojamos como determinante.
3. Según su protección ante incendios.
El Reglamento de Seguridad contra Incendios en los Establecimiento Industriales (RSCIEI) realiza una clasificación de las naves industriales según su aislamiento. Sobre naves industriales, existen tres tipos diferentes y se clasifican según la facilidad de la propagación de incendios:
- Tipo A. El establecimiento está ubicado en una parte del edificio donde existen otros establecimientos ya sean de tipo industrial o no.
- Tipo B. La actividad ocupa un edificio completo que puede estar adosado o separado de los contiguos por una distancia igual o inferior a 3 metros.
- Tipo C. La industria ocupa una nave completa y ésta está separada de las colindantes por una distancia superior a 3 metros.
4. Según su estructura.
En función de la estructura de la nave industrial, podemos clasificarlas como de hormigón, metálica o mixta.
Cada una de ellas tiene sus ventajas y desventajas: mientras que las naves de estructura metálica son más económicas y rápidas de construir, su mantenimiento es más costoso y su protección contra incendios más complicada.
En el caso de las naves de hormigón, puede resultar una construcción más cara y que lleve más tiempo, pero son mucho más duraderas y rígidas, lo que le permite soportar varias plantas.
En el caso de las naves de estructura mixta, son más fácilmente adaptables a las necesidades particulares.
Sobre esta cuestión, puedes consultar este artículo con más información.
5. Criterio TRIANGLE.
Dentro del parque logístico valenciano, nuestros partners de TRIANGLE REM, realizan en sus estudios de mercado una segmentación del parque ya que gran parte de la superficie corresponden a inmuebles anticuados o de pequeño tamaño.
- Superficies superiores a 5.000 m², altura libre mínimo de 9m, muelles de carga (ratio < 1 ud/1.000 m²) y ocupación de parcela no superior al 70%.
Además se incluyen inmuebles fácilmente adaptables a la logística con una pequeña inversión de CAPEX.